SENTADITO, BITTE!
Ponganse en situación amigos: yo recien llegaod a tierras teutonas, el cuerpo roto de cargar con la puta maleta todo el santo dia, tratando de pilarle el punto de nuevo a estos dichososo alemanes, como un pulpo en un garaje en definitiva, asi que al llegar a mi nueva casa y direccionar mi cuerpo hacia el baño, me encuentro con la siguiente pegatina en la taza del water:Observando detenidamente podemos comprovar que:
a)Dado que semejante pegatina es como para mear y no echar gota, no deberia posicionarse donde está. b)Los alemanes se bajan los pantalones hasta el mismo suelo para mear, verlos en algunos bares de madrugada debe ser un cuadro. c)No hay diferencia aparente entre ambos meones. d)Una pegatina tan bisoña no es elemento disuasorio para que un español cambie siglos de evolución y se siente para orinar.
O eso creia yo. Tras el "pues van listos" de rigor, traté de subir las tapas para echar un fantastico chorro, pero oh temporas, oh mores, las putas tapas se venian abajo como burlandose de mi, soltando una carcajada al golpear contra la taza. Imposible evitarlo. Estos putos alemanes se habian empleado a fondo para impedir el mas minimo salpicón fuera del tiesto. Huelga decir que acabé sentandome como una nena...
Cuando un par de dias despues le comento a mi compi Daniel, el gigante verde a partir de ahora, que a santo de que demonios venia esa pegatina, me dice que a el le parece muy bien pq asi no se mancha nada y que ademans, los alemanes s suelen sentar siempre para mear. Y SE QUEDA TAN ANCHO!
En fin amigos, ustedes que pueden, sigan apuntando...
3 Comments:
pos si, no esta mal, pero para mi es un reto el apuntar señores, aunque luego haya que agachar el lomo para limpiar
tendre que investigar esos datos, le preguntare a la alemaña...
Horroroso el sistema de miccione alemán. Todas mis antiguas ideas de que eran un país mucho más desarrollado que el nuestro se han venido abajo. Mejor me quedaré echando un buen pis en los baños del mítico Aloha (habeis oido bien, alli donde pedias un litro de calimotxo con kiwi que sabía a jamon de york, concretamente campofrio), en los que podías alegremente mingitar en el depósito de agua de la cisterna tratando de hundir la bola de corcho blanca, ya que carecian de tapa. Te alegraba la noche, vamos.
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